Dormir en una barca en plena Costa del Sol suena a capricho caro o a película romántica, pero en El Morche lo puedes hacer sin postureo ni lujos innecesarios. Aquí no hay puertos deportivos de alta gama ni yates brillantes, pero sí una forma sencilla y diferente de pasar una noche junto al mar. Lo probé casi por casualidad, y resultó ser una de las experiencias más tranquilas y reales que he vivido en la costa malagueña.
El Morche, una pedanía de Torrox, es un sitio humilde, sin grandes hoteles ni oleadas de turistas. Y eso es parte de su encanto. Playa ancha, vecinos que se saludan, puestos de churros por la mañana y gente mayor en sillas plegables al caer la tarde. Frente a su costa, algunas pequeñas barcas se balancean en las boyas, y entre ellas, una o dos adaptadas para dormir. No es un alojamiento habitual: es más bien una iniciativa local, discreta, de quienes quieren ofrecer algo diferente sin grandes artificios.

Cómo es dormir en una barca en El Morche
La barca donde dormí era una embarcación de madera restaurada, anclada a poca distancia de la orilla. Se llega a ella en zodiac o incluso nadando si el mar está en calma. En mi caso, el dueño – un vecino apodado “El Melli”, hijo de pescadores – me llevó en su barquita desde la rampa junto al chiringuito. La barca tiene un pequeño camarote cubierto con colchón, luces solares, una neverita y una lona para dar sombra. No hay baño ni lujos, pero tampoco los echas de menos.
Pasar la noche allí es una mezcla de camping flotante y refugio costero. Desde que cae el sol, el silencio lo llena todo. Solo oyes las olas suaves contra el casco, alguna gaviota rezagada, y el vaivén constante que, si no te mareas, es más relajante que cualquier playlist. Por la noche, el cielo sobre El Morche se llena de estrellas. Al no haber muchas luces urbanas directas, se ve más cielo que en otras zonas de la costa.
Dormí con la escotilla abierta, tapado con una manta ligera y el sonido del mar como banda sonora. Me desperté justo antes del amanecer, cuando todo el mar parecía de plata. Salté al agua directamente desde la borda, y fue probablemente el mejor baño de mi vida: sin nadie alrededor, con el sol apenas saliendo por el este y la playa aún vacía.

¿Dónde se reserva esta experiencia?
Esto no lo encontrarás en Booking ni en Airbnb, al menos por ahora. Es algo más informal, que se gestiona directamente con los propietarios. Hay vecinos del Morche que han adaptado sus antiguas barcas para alquilarlas en verano por una noche o dos. Las suelen anunciar en redes locales, o bien puedes enterarte preguntando en los bares de la playa o en la lonja cercana.
Otra opción más organizada es contactar con Torrox Ecoturismo, una pequeña iniciativa local que promueve alojamientos alternativos y experiencias sostenibles. Colaboran con un par de propietarios y gestionan reservas de forma legal y sencilla.
💡 Precio estimado: entre 50 y 70 euros por noche, dependiendo de la temporada. Incluye traslado desde tierra, equipo básico y, en algunos casos, desayuno que te llevan en kayak al amanecer (una pasada).
Consejos prácticos si vas a dormir en una barca
- Época ideal: de junio a septiembre, cuando el mar está más estable y las noches son suaves.
- Qué llevar: saco de dormir ligero o manta, toalla, linterna frontal, algo de comida y bebida (aunque algunos te ofrecen una neverita con agua y fruta).
- Baño: no hay baño en la barca. Puedes usar los servicios públicos de la playa antes de subir o al regresar.
- Seguridad: las barcas están ancladas y vigiladas desde tierra. En mi caso, el dueño vive justo frente a la playa y tiene contacto visual con su embarcación. Aun así, es mejor no dormir allí si el mar está agitado o hay previsión de viento fuerte.
- Requisitos: no se necesita experiencia náutica. Te explican cómo moverte por la barca y te dejan un móvil por si necesitas algo.
Qué hacer antes o después en El Morche
Dormir en la barca es solo una parte de la experiencia. El Morche invita a tomárselo con calma:
Comer pescado con los pies en la arena
Uno de los mayores placeres es cenar o desayunar en alguno de los chiringuitos tradicionales. Aquí van tres recomendaciones probadas:
- Chiringuito La Farola – Sencillo, familiar, con espetos y pescado del día. Muy frecuentado por locales.
- Pura Cepa – Más moderno, buena carta de vinos y tapas marinas con toque andaluz.
- Rincón de Pepe – A pie de playa, famoso por su calamar relleno y los boquerones al limón.
Paseo al amanecer o al atardecer
Hay un paseo marítimo que conecta El Morche con Torrox Costa. A pie o en bici, es ideal para ver cómo cambia la luz sobre el mar. Si duermes en la barca y sales temprano, caminar por aquí con un café recién hecho es una forma inmejorable de arrancar el día.
Visitar la lonja o ver las barcas varadas
Junto al espigón hay una pequeña zona donde los pescadores varan sus barcas para limpiarlas o repararlas. Algunas están pintadas a mano con nombres familiares. Es un rincón muy fotogénico y auténtico. Si tienes suerte, incluso puedes verlos trabajando con las redes o preparando los aparejos.
¿Vale la pena dormir en una barca en El Morche?
Si buscas comodidad absoluta, probablemente no. Pero si lo que quieres es una experiencia diferente, auténtica, silenciosa y con el mar como protagonista, entonces sí. No es turismo de postal, es otra cosa: vivir la Costa del Sol como la viven los de aquí, con sencillez y calma.
Para mí, fue una de esas noches que te desconectan sin necesidad de irte lejos. Sin wifi, sin vecinos, sin recepciones. Solo mar, estrellas y la sensación de estar flotando entre todo y nada. Repetiría sin dudarlo.